Como cada primavera multitud de especies marinas compiten ferozmente por conseguir a una hembra y así lograr una mejor descendencia, o conquistar un lugar estratégico para atraerlas y realizar la puesta (como ocurre con algunos blenidos que utilizan pequeños agujerillos). Entre los protagonistas de estas trifurcas se encuentran algunos peces del Mediterráneo como gobios, blénidos, momas o dragoncillos de arena. Eso sí, todas ellos especies que viven ligadas al fondo (bentónicas).
En ocasiones pueden incluso lesionarse, arrancarse alguna escama que otra o infringirse pequeñas heridas, eso sí, nunca acaban pereciendo. Normalmente se muerden la boca o las aletas y giran bruscamente. También suelen desplegar sus aletas o cambiar de color como un verdadero camaleón, o incluso hinchar sus agallas (agrandando su cabeza) para aparentar ser más grandes de lo habitual. Todo un arsenal de estrategias para intimidar a su agresor.
En primavera se produce todo un despliegue de habilidades para conseguir un único fin: la reproducción.



Texto y fotos: Javier Murcia