Todos los años en primavera, coincidiendo con la abundancia de pequeños juveniles de peces, multitud de pequeñas anémonas (sobre todo Paranemonia cinerea y Bunodeopsis strumosa) se concentran en gran número en fondos poco profundos dominados por la fanerógama Cymodocea nodosa.
A modo de trampas, se colocan estratégicamente en las hojas de Cymodocea a la espera de que algún pequeño despistado se quede atrapado entre sus pegajosos tentáculos. Una de las especie más afectadas es la aguja de río (Sygnathus abaster) y en menor medida la aguja mula (Syngnathus typhle) ambos pertenecientes a la misma familia que los caballitos de mar.
Los machos de aguja de río suelen “parir” a sus juveniles en aguas poco profundas y entre el abrigo de las frondosas praderas de Cymodocea nodosa. De ahí que sea la especie más afectada.
Las pequeñas anemonas son muy urticantes e incluso pueden afectar a las pieles más sensibles si nos bañamos en zonas poco profundas.



Texto y fotos: Javier Murcia